viernes, 10 de julio de 2009

Rejilla

Cargando el pecho de humareda (color diario, papel)
Silbando otra marea (la del siento el viento)
entre el zum y el brum automotor
espero el desenlace de la novela

no bien tirito, se me aparece la negra
como un alambre, una gangrena
un libro que leo mientras se quema
frágil contorno de la muchedumbre

no vislumbro cumbre y está tan frío
de todas las palabras dadas desconfío
de tu nombre ensordecedor, de tus sentidos.
del yugoslavo modo de querer, de tus esclavos.

Recoleta, ésta negra teñída de plomo
de parpados caídos, de fin de partidos
todos vuelvense sombras y los edificios sin
reflejoalguno, brillo casual (flash)


´ñ´ñ´ñ´ñ´ñ´ñ´ñ´ñ´ñ´ñ´ñ´ñ´ñ´ñ´ñ´ñ´´ñ´ñ´ñ´´ñ´

El pulso que hay (pulseada)
no te deja ser artista.
Entregarse es cuestión de elección y voluntad.
O me uno a la maquinaria.
o me maquino con la unidad...

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